La gigantografía es una de las muchas opciones que podemos encontrar en el mercado de la impresión gráfica digital, y de hecho, resulta ser la favorita de muchos.

Esto se debe a la capacidad de alcance y visibilidad del mensaje transmitido, pero para lograr este objetivo, la calidad del diseño debe ser impecable, y no siempre se logra.

Acá te dejamos 7 recomendaciones para que tomés en cuenta a la hora de hacer impresiones a gran formato:

  1. Los archivos deben ir en formato JPG de alta calidad o TIFF en tamaño real, y aunque este punto suene muy obvio, es válido recordarlo las veces necesarias. También se recomienda enviar los archivos originales creados en los mismos programas de diseño.
  2. Los colores tienen que ir convertidos a CMYK y no RGB, esto porque las impresoras vienen en formatos CMYK en sus tintas, si el color ya viene procesado, los tonos que ves en la pantalla serán los mismos de la impresión.
  3. Tener cuidado con el color negro, recordá componerlo en altos porcentajes para lograr un negro pleno.
  4. Conseguí el código PANTONE de tus colores y avísale al encargado de impresión que en tu diseño van ese tipo de colores, de esta forma respetás lo colores de logotipos y demás diseños corporativos que no pueden alterarse en nada.
  5. Asegúrate de que la resolución sea la correcta. En esto influye el tamaño de la impresión, pero lo recomendable es que se procese a 150 ppp e impresas al menos en 1440 ppp.
  6. Realizá todas las especificaciones necesarias para que el encargado de imprimirlas tenga la información completa. A esto nos referimos con alguna línea de corte, troquelado, perforaciones, dobleces o cualquier detalle importante, sobrante de material, imágenes linkeadas, tipografías, deben ir detalladas para el evitar errores de última hora.