La gigantografía es una de las muchas opciones que podemos encontrar en el mercado de la impresión gráfica digital, y de hecho, resulta ser la favorita de muchos.
Esto se debe a la capacidad de alcance y visibilidad del mensaje transmitido, pero para lograr este objetivo, la calidad del diseño debe ser impecable, y no siempre se logra.
Acá te dejamos 7 recomendaciones para que tomés en cuenta a la hora de hacer impresiones a gran formato:
- Los archivos deben ir en formato JPG de alta calidad o TIFF en tamaño real, y aunque este punto suene muy obvio, es válido recordarlo las veces necesarias. También se recomienda enviar los archivos originales creados en los mismos programas de diseño.
- Los colores tienen que ir convertidos a CMYK y no RGB, esto porque las impresoras vienen en formatos CMYK en sus tintas, si el color ya viene procesado, los tonos que ves en la pantalla serán los mismos de la impresión.
- Tener cuidado con el color negro, recordá componerlo en altos porcentajes para lograr un negro pleno.
- Conseguí el código PANTONE de tus colores y avísale al encargado de impresión que en tu diseño van ese tipo de colores, de esta forma respetás lo colores de logotipos y demás diseños corporativos que no pueden alterarse en nada.
- Asegúrate de que la resolución sea la correcta. En esto influye el tamaño de la impresión, pero lo recomendable es que se procese a 150 ppp e impresas al menos en 1440 ppp.
- Realizá todas las especificaciones necesarias para que el encargado de imprimirlas tenga la información completa. A esto nos referimos con alguna línea de corte, troquelado, perforaciones, dobleces o cualquier detalle importante, sobrante de material, imágenes linkeadas, tipografías, deben ir detalladas para el evitar errores de última hora.