Para mejorar notablemente la calidad de tus trabajos hay una detalle que no tenés pasar por alto, la elección correcta del material. Y aunque a simple vista no exista diferencia alguna entre los vinilos, lo cierto es que una mala elección puede perjudicar tus proyectos.
Básicamente, su proceso de fabricación es el que altera la naturaleza y el uso de estos productos, la tranquilidad de que tu auto esté perfectamente rotulados y que la calidad se mantendrá como el primer día depende directamente de saber la diferencia entre vinilos calandrados y fundidos.
Los vinilos calandrados son los que se producen a partir de una masa de plástico que se comprime conforme se pasa por dos rodillos de presión que van creando la lámina vinílica que vemos como resultado. Este tipo de vinilos no tienen tanta calidad como los fundidos, pero funciona perfectamente para trabajos de poca exigencia, marcaje de vehículos, rótulos comerciales, entre otras.
Al contrario, los vinilos fundidos son aquellos que se obtienen mediante un líquido especial que derrama para luego ser solidificado dependiendo del espesor requerido. Este tipo de películas no tienen “memoria” y con esto nos referimos a que se puede estirar por medio de una pistola de calor que permite conformarlo, y con el mismo calor aplicado vuelve a su estado normal, son sumamente estables y por su flexibilidad son aptas para colocar sobre curvaturas, superficies irregulares y rotulaciones exigentes.
Este último es el más recomendado para rotulaciones vehiculares, tiene un excelente rendimiento y una durabilidad ante condiciones externas, esto indudablemente trae una diferencia también en el precio, pero sin ninguna duda, elegir el vinil que mejor se adapte a tus necesidades resulta más rentable que escoger un vinilo que no es el ideal y luego tengás que hacerte cargo de los malos resultados.