Para prolongar el tiempo de vida útil de tus impresos, siempre se dan tips para elegir de la manera correcta el sustrato y el equipo en que se va a imprimir, su manipulación, el tiempo de secado, pero muchas veces se deja de lado el tema del laminado.

Los acabados siempre deben ser un paso fundamental en cualquier tipo de impreso, sea pequeño, mediano, gran formato o incluso, en gigantografías. El proceso del laminado consiste en colocar una película adhesiva, con características protectoras al sustrato impreso, para que se minimice el daño cuando el impreso tenga exposición ante el vandalismo, los rayones, agentes químicos o incluso, las adversidades climáticas.

Los tipos de laminantes y las formas de aplicarlo varían muchísimo, dependiendo del tamaño de los trabajos, del material que sea y por supuesto, del uso que se le vaya a dar al impreso, así es que en algunos casos podremos encontrar laminante líquido (en caso de la protección de las lonas, por ejemplo), pero siempre con el objetivo básico de brindarle una capa extra de protección, que incluso puede aumentar la vida útil del rótulo o el impreso hasta 8 años.

Y lograr un buen laminado es tan simple como hacer pasar la impresión (ya seca) y el laminante protector entre dos rodillos de goma, que la generar presión entre ambas películas, hace que el adhesivo se adhiera sobre el proyecto impreso, a este proceso se le llama laminado en frío.

Por otro lado está, el laminado líquido, que consiste en colocar una base de barniz que va a cubrir la impresión, el método de aplicación se hace ya sea con una brocha o con una pistola especializada, lo mejor es por medio de un equipo laminador en líquido. En esta categoría se pueden encontrar dos tipos de laminantes, base agua y base solvente.

Es muy importante tener presente que para laminar, especialmente los trabajos con tintas solventes y eco-solventes, se debe esperar entre 24 y 48 horas horas después de ser impresas, esto porque se necesita que los vapores desaparezcan antes de colocar una capa que bloqueará la transpiración del impreso.

No respetar este lapso puede hacerte caer en errores, consecuencias como las burbujas o el encogimiento del material, son las más comunes cuando se irrespeta o se manipula de mal forma el impreso y el laminante.

No dejés pasar la oportunidad de conversar con tu proveedor de las opciones de laminantes que te pueden ofrecer para tus trabajos, esto te garantizará impresos más duraderos, más brillantes y colores más radiantes, sin importar el paso del tiempo.